Relatos de Bolivia



"El camino"

" Camino a un nuevo país, felices. Los sonidos, las risas de los niños, nos llenan de enrgía, revivimos momentos de pura alegría al pensar en conocer, en descubrir nuevos rincones del mundo.
Después de quince horas las risas se convierten en llantos, la alegría se quiere esconder tras los olores, nos invaden sin poder salir.
 Dormimos, lo intentamos, 20 horas.. Legamos, casi, solo hay que cruzar, cruzar ese puente que nos lleva a ese país, Bolivia, ya lo tenemos.
Una hora esperando, dos, tres, hasta cuatro horas desesperados por llegar, que pasa?
Funcionarios, pasajeros, bolsos, mochilas, todo tiene que ser revisado en este mundo de fronteras...
Por fin llegamos, Villazón a nuestros pies. Hay que seguir. Volamos por carreteras sinuosas a través de paisajes de piedras de colores.
La altura empieza a notarse en nuestras sienes, mareados, cargamos nuestro mundo en la espalda.. Aquí está, una cama, ahora si, hemos llegado..."




"Tupiza"

"Hoy eres tú, Tupiza, qué eres? Un pueblo, una ciudad? Queremos conocerte. Rodeada de montes, de ríos y quebradas. Los colores de tus piedras no son de este mundo, de que estás hecha? De vida! de  paz!
 Tus gentes nos dan tranquilidad, nos hacen caminar a tu ritmo, despacio. Nos invitan a perdernos en tus calles, en tus mercados dónde los colores de las floresy las frutas iluminan nuestro día. El destins nos lleva a conocer a una de tus hijas, a una de tus mujeres, mujeres que te hacen vivir, ellas te dan la fuerz, te convierten en lo que eres.
Ella empieza a la madrugada, en busca del agua con la quedará de comer a su familia, la casa se llena de vapor por la ebullución del jugo, agua y fruta fresca, parece sencillo, pero solo ella sabe cómo conseguir ese sabor que sacia la sed de tus habitantes. Horas y horas, el jugo está listo, hay que cargar la camioneta de decenas de litros, ellas la yudan y parten al mercado. A las 7 están allí, no para ni un segundo, da vueltas por todo el mercado con una gran sonrisa repartiendo felicidad por un boliviano. Todo se venderá, limpiará cientos de veces el mismo vaso de cristal, mañana otra vez, otro día igual, pero nunca pierde esa sonrisa, ella puede, mo importa la edad, no importa el peso en su espalda. Ella sigue porque es feliz, es independiente, solo te necesita a tí su sitios, tu gente..."


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